Un millón 742 mil pesos se reunieron gracias al apoyo de la comunidad que participó de la Cena Solidaria “Empana y vino tinto”, organizada por Santo Tomás con el fin de recaudar fondos para el funcionamiento de los dos hogares universitarios que acogen a 40 jóvenes que estudian en la ciudad de Osorno.
Los estudiantes que viven en los hogares osorninos agradecieron el apoyo de las autoridades, de empresas y particulares que han acompañado este proyecto que les ha permitido estudiar tranquilos, al contar con un lugar cómodo y acogedor donde vivir.
Fueron más de 200 personas las que asistieron al evento realizado en el Club Alemán de Osorno. La jornada solidaria fue encabezada por el rector de Santo Tomás, Víctor García; el director de la Fundación Hogares para Estudiantes Universitarios Santo Tomás, Padre Rafael Villena; y el alcalde Osorno, Jaime Bertin.
El evento contó con la animación de de Marcelo Poblete, integrante de Manpoval y Cristian Correa, de radio La Palabra; la participación de Javier González (doble de Marco Antonio Solís), Anakena Muñoz (participante osornina del programa “Yo soy” como Rocío Durcal), desfile de moda de Hites, folclor, rifas y remates.
Uno de los momentos más emotivos de la cena fue cuando Claudio Mansilla agradeció la ayuda de la comunidad en representación de los 40 jóvenes que actualmente viven en los Hogares Universitarios. El joven es de un sector rural cercano a Frutillar –Provincia de Llanquihue- y cursa tercer año de Psicología. “Desde niño me consideré dedicado al estudio, mis padres no tenían una educación formal completa y hacían esfuerzos asombrosos para que yo siguiera adelante con mis sueños”, mencionó.
Contó que a los 14 años, dejó su casa para ingresar a la Enseñanza Media. “Fue entonces cuando comprendí que el mundo a veces no es tan grato como en el hogar. No hay nada como llegar en una tarde de invierno –como hoy- y que te reciban tus viejos, conversar, disfrutar cada momento como si fuera único. En el internado se suplían necesidades básicas, pero faltaba algo fundamental: el amor”, relató.
Ya son nueve años desde que salió de su casa. “Recuerdo cuando mi padre me dijo que por ser de clase media no me hiciera muchas ilusiones puesto que no había dinero para estudios universitarios. Muchos se hubieran resignado, pero para mí, ese mensaje fue el incentivo que necesitaba para ser mejor alumno, mejor joven, mejor persona”.
Su ingreso a la UST le mostró un mundo nuevo. Así lo recordó: “Cuando llegué a la universidad, comprendí que el mundo era más grande de lo que creía, las exigencias, los compromisos y el agobio de estar dos años viajando todos los días me estaban pasando la cuenta y muchas veces sentí que mi ánimo y fuerzas decaían. Y justo en ese momento, supe de los Hogares Universitarios”.
El joven destacó que fue el primero en postular. “No imaginan la alegría que sentí cuando supe que había sido aceptado y la admiración que compartimos al ver que tantas Santo Tomás integraba a distintas personas, instituciones, empresas y familias que unían sus esfuerzos para cumplir este sueño que es tan importante para nosotros. Hoy la casa funciona como un verdadero hogar, donde trabajamos juntos, nos reímos, compartimos las penas, en resumen, creamos verdaderos lazos de amistad y respeto”.
Los estudiantes que viven en los hogares osorninos agradecieron el apoyo de las autoridades, de empresas y particulares que han acompañado este proyecto que les ha permitido estudiar tranquilos, al contar con un lugar cómodo y acogedor donde vivir.
Fueron más de 200 personas las que asistieron al evento realizado en el Club Alemán de Osorno. La jornada solidaria fue encabezada por el rector de Santo Tomás, Víctor García; el director de la Fundación Hogares para Estudiantes Universitarios Santo Tomás, Padre Rafael Villena; y el alcalde Osorno, Jaime Bertin.
El evento contó con la animación de de Marcelo Poblete, integrante de Manpoval y Cristian Correa, de radio La Palabra; la participación de Javier González (doble de Marco Antonio Solís), Anakena Muñoz (participante osornina del programa “Yo soy” como Rocío Durcal), desfile de moda de Hites, folclor, rifas y remates.
Uno de los momentos más emotivos de la cena fue cuando Claudio Mansilla agradeció la ayuda de la comunidad en representación de los 40 jóvenes que actualmente viven en los Hogares Universitarios. El joven es de un sector rural cercano a Frutillar –Provincia de Llanquihue- y cursa tercer año de Psicología. “Desde niño me consideré dedicado al estudio, mis padres no tenían una educación formal completa y hacían esfuerzos asombrosos para que yo siguiera adelante con mis sueños”, mencionó.
Contó que a los 14 años, dejó su casa para ingresar a la Enseñanza Media. “Fue entonces cuando comprendí que el mundo a veces no es tan grato como en el hogar. No hay nada como llegar en una tarde de invierno –como hoy- y que te reciban tus viejos, conversar, disfrutar cada momento como si fuera único. En el internado se suplían necesidades básicas, pero faltaba algo fundamental: el amor”, relató.
Ya son nueve años desde que salió de su casa. “Recuerdo cuando mi padre me dijo que por ser de clase media no me hiciera muchas ilusiones puesto que no había dinero para estudios universitarios. Muchos se hubieran resignado, pero para mí, ese mensaje fue el incentivo que necesitaba para ser mejor alumno, mejor joven, mejor persona”.
Su ingreso a la UST le mostró un mundo nuevo. Así lo recordó: “Cuando llegué a la universidad, comprendí que el mundo era más grande de lo que creía, las exigencias, los compromisos y el agobio de estar dos años viajando todos los días me estaban pasando la cuenta y muchas veces sentí que mi ánimo y fuerzas decaían. Y justo en ese momento, supe de los Hogares Universitarios”.
El joven destacó que fue el primero en postular. “No imaginan la alegría que sentí cuando supe que había sido aceptado y la admiración que compartimos al ver que tantas Santo Tomás integraba a distintas personas, instituciones, empresas y familias que unían sus esfuerzos para cumplir este sueño que es tan importante para nosotros. Hoy la casa funciona como un verdadero hogar, donde trabajamos juntos, nos reímos, compartimos las penas, en resumen, creamos verdaderos lazos de amistad y respeto”.
