La causa probable de la tragedia aérea de Juan Fernández, en la que murieron 21 personas el 2 de septiembre de 2011, fue la pérdida de control del avión CASA 212 por factores meteorológicos y la baja altura del vuelo.
El factor contribuyente fue humano, específicamente de los pilotos, ya que el vuelo a baja altura expuso la nave a un área inestable de viento y cizalle (turbulencia) reinantes a sotavento de la isla Santa Clara.
A estas conclusiones llegó la Junta Investigadora de Accidentes de Aviación (JIAA), dependiente de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC). Con este informe final, el ministro en visita Juan Cristóbal Mera anunció que la indagatoria está agotada, a menos que los abogados de las familias de las víctimas pidan más diligencias. Sin embargo, el magistrado dio a entender que estas solicitudes pueden ser rechazadas.
Las conclusiones de la JIAA son similares a las que llegó la Universidad Politécnica de Madrid, que culpó a la tripulación y los fuertes vientos, pero que también responsabilizó a la FACH por la falta de protocolos para los aterrizajes en Juan Fernández.
Lo mismo hizo la Junta Investigadora al señalar que “no hay procedimientos publicados para tripulaciones, como cartas de aproximación y aterrizaje visual u otro procedimiento que indiquen altitudes mínimas y zonas restringidas o peligrosas para el vuelo a Robinson Crusoe”.
La JIAA también resaltó que “no hay servicio de información que entregue a las aeronaves condiciones meteorológicas en tiempo real lo que ocurre en pista e inmediaciones del aeródromo”.
Además, consignó la Junta Investigadora, “la información meteorológica para aeronaves es de San Juan Bautista, (poblado ubicado) a 10 kilómetros de la pista, por lo que no necesariamente corresponde a panorama real en aeródromo y alrededores”.
El informe de la JIAA fue conocido este martes en la mañana por los abogados Alfredo Morgado y Maximiliano Delgado, que representan a ocho familias de las víctimas. Los dos llamaron la atención sobre un grave error en la información meteorológica entregada a la tripulación.
En su última conclusión sobre el accidente, la Junta Investigadora afirmó que “las condiciones meteorológicas en el aeródromo Robinson Crusoe y alrededores, respecto a la intensidad de vientos y células abiertas, no concordaban con la información dada a la tripulación para la ejecución del vuelo”.
Los abogados explicaron que el cuidador de la pista informó al personal de la DGAC en el poblado de San Juan Bautista que había vientos arrachados de entre 25 a 30 nudos. Sin embargo, estos funcionarios que trabajan a más de 10 kilómetros del aeródromo informaron (no se sabe si a la tripulación o a Santiago) que los vientos eran de 20 a 25 nudos.
“Esta contradicción es sumamente importante y constituye lo novedoso del informe de la JIAA, porque con vientos de 25 a 30 nudos no es posible el aterrizaje en Juan Fernández. Además, en un peritaje posterior, la Dirección Meteorológica llegó a la conclusión de que ese día los vientos llegaron a los 36 nudos”, indicó Morgado.
Según los abogados, el ministro Mera deberá decidir si investiga penalmente esta diferencia fundamental entre los informes meteorológicos del cuidador de la pista y del personal de la DGAC. También reiteraron que la FACH tiene responsabilidad en la tragedia, aunque –según dijeron- el magistrado también deberá determinar si es de índole administrativa o penal.
En ese sentido, los legistas anunciaron que estudiarán el informe de la Juan Investigadora y que posiblemente solicitarán más diligencias, con lo cual el caso seguiría abierto, siempre y cuando el ministro Mera no rechace estas peticiones.